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miércoles, 11 de mayo de 2016

Inside out

En la vida siempre hay una cara y una cruz. Y es puro azar. Hay un 50% de probabilidades que salga cara, pero también hay un 50% de probabilidades de que salga cruz. Siempre hemos creído que cara es la parte buena y cruz es la parte mala, verdad? Al menos yo. Siempre que hacíamos el juego de lanzar la moneda, quería que saliera cara porque creía que era la mejor opción y si el resultado no era ese, menuda rabieta; pero… y ¿por qué? ¿Y por qué no la cruz es la mejor opción?  Quizá por el modo en el que suena “cruz” o “te hago una cruz y chao” y es como una expresión negativa.

Quiero creer que no es así. Tu opción es la cara, y puedes tener la gran suerte de que te toque cara y ello signifique que todas tus metas y deseos se hagan realidad según como lo planeaste. Pero también debes saber que porque no toque cara el mundo se termina. La cruz puede ser tan buena o incluso mejor que la cara. La cruz puede ser ese plan alterno que te conduce por otro camino y, por tanto, te lleva a una nueva salida, inesperada,  y que consigue atraerte tanto o tal vez más que la opción de cara. Es un prejuicio, sí, como muchos otros. 

La situación es casi tan comparable como un “no quiero que me digas nada”. Muchas acciones son movidas por intereses del momento, y debido al rumbo que está tomando la sociedad no nos detenemos a pensar con claridad. Para que os hagáis una idea de su funcionamiento: si sale cara te hago caso, si sale cruz (te pongo una cruz) y paso de ti y es así. Ya no importa el “vamos a comunicarnos”, “vamos a conocernos”…  Ahora se trata de utilizar a una persona, sin compromiso por supuesto, para divertirse y si no mezclas sentimientos mucho mejor. Pero, ¿hay personas tan frías? Sé que soy la rarita de turno pero, en serio, ¿cómo es posible? Es imposible no tenerle un cariño a la persona, no desarrollar un tipo de sentimiento o emoción que despierta en ti.

Sí, lo sé, este texto no es justo. Deja a la otra mitad por los suelos, o no eso, si no que queda la propia persona como una víctima. “Yo te dije lo que había”, si tú me lo dijiste pero ¿y qué? Deberías saber que en la naturaleza de la raza humana siempre queda una pequeña pizca de esperanza, o que al menos es lo último que se pierde. Siempre me lo dice mi madre. Y antes de que digas nada, ponte en mi lugar. Imagínate que llegas a ser tú el que se ilusiona antes de tiempo y esas ilusiones no son correspondidas. Creo conocer la respuesta: “ A mí eso no me pasaría porque simplemente soy un hombre o machito ibérico, y como no muestro mis sentimientos…” pues ea. 

No quería aburrir con cuestiones de corazones un poco fragmentados pero lo tengo tan adentro que necesitaba sacarlo fuera. Todas las canciones tristes y lentas afectan de diferente manera y te das cuenta. Escribir, sin duda, es mi mejor terapia. Y es cierto... no tengo el don de la expresividad ni el don del mejor escritor pero al menos me he quedado un poco mejor interiormente. Gracias por leer. (Y lo siento)




A

2 comentarios:

  1. Quizá porque muy en el fondo, no necesitamos lanzar la moneda muy dentro sabemos lo que queremos aúnque lo que queremos quizá no es lo mejor para uno y queremos que el destino juegue de nuestro lado y nos de esa pauta para decir: vale lo hago, porque si tomamos la decisión por nosotros mismo y no era la correcta culparnos no es una opción, hacer frente a nuestros errores y admitir que equivocamos elección no es tan fácil.
    Me ha encantado tu forma de escribir de verdad ya tienes una seguidora más. Besos.

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    1. Muchísimas gracias por tomar tu tiempo en leer la entrada. Muy en el fondo creo que estoy de acuerdo contigo, y es que siempre necesitamos un algo que nos mueva, una opción que nos dé ese pequeño empujón que inicialmente no tenemos.

      Gracias, te seguiremos nosotras también.
      A.

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